lunes, 10 de mayo de 2010

Un día de resaca cualquiera no sabes qué hora es...

Después de tres días de salir como si el lunes se acabara el mundo, aproximadamente dos mil copas en el cuerpo, un concierto, unas calabazas, mucho baile mamarracho, conocer a un orco que me quería convencer de que era colega del de Pereza y que, según él, tenía un ojo de madera (de madera?? en serio? No hay hoy en día materiales más sofisticados para las prótesis oculares??), intentar animar a un conocido (sin éxito alguno), algún café, un encuentro esperado y muuuuuucha charla... Hoy mi cuerpo ha claudicado y he tenido que tirarme al sofá a pasar un auténtico día de resaca. Uno de los clásicos, de los completitos: con sus náuseas, su dolor de cabeza, sus temblores, su dolor de piernas, sus rozaduras en los pies de los tacones que quién cojones me mandó ponerme, sus momentos de desear la muerte al recordar algo bochornoso, su sed insaciable, su tos productiva a lo viejodetaberna, su juro que nunca más volveré a beberme una copa, su juro que a partir de mañana voy a ser una persona responsable, su llamada en tono jocoso de tu amiga diciendo tía, eres la peor, te acuerdas de...?....

Cuando el cuerpo me ha entrado un poco en caja, he podido hacer balance de forma algo más objetiva y he llegado a la conclusión de que no ha sido para tanto. Incluso se podía clasificar bajo las etiquetas de Avances, Noestátodoperdido o Tequedaalgodedignidad. Tengo pruebas de ello que he ido recolectando durante todo el día para mi regocijo:
  • Me he despertado en mi propia casa.
  • No había vómitos (por ningún sitio)
  • No había ningún ser extraño en mi cama (esto no es que sea poco habitual, pero no por eso es menos positivo).
  • Tengo las bragas y la chaqueta (las dos piezas de ropa que tienes más probabilidad de perder cuando sales de casa)
  • En mi móvil no había movimientos indeseados, ni del tipo estoyregaladaaestashoras, ni del tipo tequieronopuedovivirsinti.
  • No he encontrado moratones, ni se me caen mechones de pelo, ni presento ningún signo de haber participado en una pelea (esto no me ha pasado nunca, pero podría ser y hay que tenerlo en cuenta)
  • Recuerdo todos los sitios donde estuve (contrastado con mis amigas).
  • Mantuve el equilibrio en todo momento.
  • Me quedaba algún billete en la cartera.
  • No me bebí la última (menos mal, porque entonces no habría podido hacer esta lista)
Así que estoy muy contenta conmigo misma a pesar de todos los dolores, asquitos y mareos que me invaden. Mi espíritu, de tendencia masoquista en ocasiones, siempre me pide en estos casos escuchar canciones que pongan mi alma al mismo nivel de apaleamiento que mi cuerpo, porque para algo somos un Todo indisoluble.

Sublime Iván Ferreiro. No puedo decir más.

Bueno sí, puedo decir al que subió el vídeo a youtube que gracias y eso, pero que ya podía haber puesto otra fotito o yo que sé...



3 comentarios:

Lorena dijo...

Jor, jor, todavia no he leido la entrada pero te anuncio que con solo ver a Iván Ferreiro ya me gusta!!!

Canixa dijo...

jajaja! joder, que buen público eres, tía!

Lorena dijo...

Hago lo que puedo!!